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El origen del Xtabentún y el Tzacam...
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El origen del Xtabentún y el Tzacam...
En la península de Yucatán existe una bella flor llamada Xtabentún que perfuma las ceibas del la región el Mayab. Les contaré la leyenda acerca de su origen...
Aprovechando este tema (ya que se menciona la Ceiba y el nombre de Xtabay) les contaré brevemente la ''Leyenda de la Xtabay'' (que es un poco distinta aunque aún no sé si tiene similitud alguna)...
En cierta región vivían dos mujeres cuya naturaleza y carácter era totalmente opuesto. Xtabay, una de ellas, era realmente bella, aunque en el pueblo la llamaba Xkeban, que significa ''prostituta''.
Era una joven llena de pasión, seductora y que ofrecía su amor a cualquier viajero, sin importarle lo que opinaran de ella. Siempre se mostraba amable y alegre ante cualquier circunstancia.
Muy cerca de su hogar vivía otra joven llamada Utzcolel, que quiere decir buena y decente mujer. La dama era virtuosa, recta y honesta. Todos en la región sabían que no era capaz de cometer ningún desliz o pecado ni con el pensamiento. Las dos jóvenes eran muy parecidas en su belleza corporal.
Sin embargo, tenían su corazón muy distinto. Xkeban ayudaba a los enfermos y desamparados, sin importarle tener que caminar grandes distancias para poder llegar hasta ellos. Continuamente se le veía despojarse de sus más valiosas y preciadas prendas para cubrir a los demás. Soportaba humildemente los insultos de la gente que no la conocía del todo, pues la tachaban de pervertida. En cambio, Utzcolel era fría y orgullosa, de corazón tan duro que sentía repugnancia por los pobres. El color verdoso de su piel semejaba a una venenosa serpiente y aunque siempre fue virtuosa, no ocultaba su egoísmo.
Un día la gente del pueblo no vio salir de su casa a Xkeban y creyeron que andaba ofreciendo su cuerpo y sus pasiones indignas por otros lugares. Transcurrieron algunos días sin que Xkeban apareciera. Hasta que cierta tarde, en la región del Mayab, la gente comenzó a percibir un fino y dulce aroma de flores. Se trataba de un perfume tan delicado y exquisito que los pobladores siguieron su rastro.
El aroma los llevó hasta la casa de Xkeban, a la que encontraron muerta. Dentro del cuarto, el sopor y los vapores aromáticos que expelía su cuerpo frío eran de lo más extraordinario, pero fue más sorprendente encontrar a Xkeban acompañada de los animales de la región: venados y aves multicolores que velaban su cuerpo.
Cuando Utzcolel llegó hasta la morada de la pobre difunta, gritó y maldijo: ''No creo que un cuerpo tan corrupto como el de Xkeban emane estos dulces perfumes''.
Señaló que de ella sólo podría emanar podredumbre, y que ese aroma no era más que algo relacionado con los malos espíritus y que en aquella morada estaba presente el dios maligno. Añadió: ''Si de una mujer tan mala y perversa escapa ese perfume, cuando yo muera, el olor que despedirá mi cuerpo será mucho más aromático y agradable''.
Sólo un grupo de pobladores fue a enterrar a Xkeban, más por compasión que por otra cosa. Lo sorprendente es que al día siguiente la tumba estaba totalmente cubierta de flores aromáticas y hermosas; semejaba una cascada de olorosas flores hasta entonces desconocidas en el Mayab. Y así se mantuvo por mucho tiempo perfumando la región.
Tiempo después murió Utzcolel. A su entierro acudió todo el pueblo, que siempre había reconocido todas sus virtudes y honestidad, admirando su pureza y virginidad. Muchos lloraron de verdadera pena.
Recordaron lo que había dicho en vida acerca de que al morir su cuerpo exhalaría un perfume más exquisito que el de Xkeban, pero no fue así, ya que, ante el asombro de los pobladores, el cuerpo de Utzcolel comenzó a descomponerse de inmediato. El cadáver putrefacto despedía un olor tan nauseabundo, que todos los pobladores se retiraron a sus casas con el hedor impregnado en la nariz.
Hoy en día los ancianos de la región continúan relatando la historia en lengua maya. Argumentan que la flor nacida en la tumba de la joven y bella Xkeban, ''la pecadora'', es la actual Xtabentún, la flor más humilde y bella que se da en forma silvestre. Su jugo y aroma embriagan como lo hizo en vida el amor de Xkeban.
En cambio, lo que germinó sobre la tumba de Utzcolel es el Tzacam, un cactus plagado de espinas y de mal olor, intocable y nauseabundo como el carácter y la falsa virtud de la mujer ''decente''.
Era una joven llena de pasión, seductora y que ofrecía su amor a cualquier viajero, sin importarle lo que opinaran de ella. Siempre se mostraba amable y alegre ante cualquier circunstancia.
Muy cerca de su hogar vivía otra joven llamada Utzcolel, que quiere decir buena y decente mujer. La dama era virtuosa, recta y honesta. Todos en la región sabían que no era capaz de cometer ningún desliz o pecado ni con el pensamiento. Las dos jóvenes eran muy parecidas en su belleza corporal.
Sin embargo, tenían su corazón muy distinto. Xkeban ayudaba a los enfermos y desamparados, sin importarle tener que caminar grandes distancias para poder llegar hasta ellos. Continuamente se le veía despojarse de sus más valiosas y preciadas prendas para cubrir a los demás. Soportaba humildemente los insultos de la gente que no la conocía del todo, pues la tachaban de pervertida. En cambio, Utzcolel era fría y orgullosa, de corazón tan duro que sentía repugnancia por los pobres. El color verdoso de su piel semejaba a una venenosa serpiente y aunque siempre fue virtuosa, no ocultaba su egoísmo.
Un día la gente del pueblo no vio salir de su casa a Xkeban y creyeron que andaba ofreciendo su cuerpo y sus pasiones indignas por otros lugares. Transcurrieron algunos días sin que Xkeban apareciera. Hasta que cierta tarde, en la región del Mayab, la gente comenzó a percibir un fino y dulce aroma de flores. Se trataba de un perfume tan delicado y exquisito que los pobladores siguieron su rastro.
El aroma los llevó hasta la casa de Xkeban, a la que encontraron muerta. Dentro del cuarto, el sopor y los vapores aromáticos que expelía su cuerpo frío eran de lo más extraordinario, pero fue más sorprendente encontrar a Xkeban acompañada de los animales de la región: venados y aves multicolores que velaban su cuerpo.
Cuando Utzcolel llegó hasta la morada de la pobre difunta, gritó y maldijo: ''No creo que un cuerpo tan corrupto como el de Xkeban emane estos dulces perfumes''.
Señaló que de ella sólo podría emanar podredumbre, y que ese aroma no era más que algo relacionado con los malos espíritus y que en aquella morada estaba presente el dios maligno. Añadió: ''Si de una mujer tan mala y perversa escapa ese perfume, cuando yo muera, el olor que despedirá mi cuerpo será mucho más aromático y agradable''.
Sólo un grupo de pobladores fue a enterrar a Xkeban, más por compasión que por otra cosa. Lo sorprendente es que al día siguiente la tumba estaba totalmente cubierta de flores aromáticas y hermosas; semejaba una cascada de olorosas flores hasta entonces desconocidas en el Mayab. Y así se mantuvo por mucho tiempo perfumando la región.
Tiempo después murió Utzcolel. A su entierro acudió todo el pueblo, que siempre había reconocido todas sus virtudes y honestidad, admirando su pureza y virginidad. Muchos lloraron de verdadera pena.
Recordaron lo que había dicho en vida acerca de que al morir su cuerpo exhalaría un perfume más exquisito que el de Xkeban, pero no fue así, ya que, ante el asombro de los pobladores, el cuerpo de Utzcolel comenzó a descomponerse de inmediato. El cadáver putrefacto despedía un olor tan nauseabundo, que todos los pobladores se retiraron a sus casas con el hedor impregnado en la nariz.
Hoy en día los ancianos de la región continúan relatando la historia en lengua maya. Argumentan que la flor nacida en la tumba de la joven y bella Xkeban, ''la pecadora'', es la actual Xtabentún, la flor más humilde y bella que se da en forma silvestre. Su jugo y aroma embriagan como lo hizo en vida el amor de Xkeban.
En cambio, lo que germinó sobre la tumba de Utzcolel es el Tzacam, un cactus plagado de espinas y de mal olor, intocable y nauseabundo como el carácter y la falsa virtud de la mujer ''decente''.
Aprovechando este tema (ya que se menciona la Ceiba y el nombre de Xtabay) les contaré brevemente la ''Leyenda de la Xtabay'' (que es un poco distinta aunque aún no sé si tiene similitud alguna)...
Según la leyenda, Xtabay es la mujer hermosa, inmensamente bella que acompaña al viajero en los caminos del Mayab. Al pie de la ceiba del bosque lo atrae con frases dulces de amor, lo seduce, lo embruja y, finalmente, lo destruye. Los cuerpos de estos incautos viajeros enamorados aparecen al día siguiente con huellas de rasguños y el pecho abierto con uñas afiladas como garras.
Se dice que la mayoría de estos hombres incautos están alcoholizados al momento de caer ante ella, son hombres que a altas horas de la noche deambulan por el bosque o por las oscuras calles de los pueblos, solitarios, perdidos en sí a causa del licor que habían ingerido.
La Xtabay es una mujer que surge del árbol de la Ceiba y atrae a las personas que pasan cerca de ella.
Se dice que la mayoría de estos hombres incautos están alcoholizados al momento de caer ante ella, son hombres que a altas horas de la noche deambulan por el bosque o por las oscuras calles de los pueblos, solitarios, perdidos en sí a causa del licor que habían ingerido.
La Xtabay es una mujer que surge del árbol de la Ceiba y atrae a las personas que pasan cerca de ella.
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Sáb Mar 30, 2024 1:52 pm por Sirina
» Hora de Confesarse xDD
Mar Nov 22, 2022 1:22 pm por .Mai.
» La ultima persona que comente gana :D
Dom Sep 25, 2022 2:33 pm por danku
» Contemos hasta 7.000 !
Lun Mar 28, 2022 8:57 pm por Avatar diego
» Solo los que estamos en cuarentena sabemos que...
Lun Mar 28, 2022 8:54 pm por Avatar diego