Entrada Palacio Real

por **Princesa Azula** Mar Nov 27, 2012 5:51 pm

Me encontraba caminando por los pasillos del castillo, sin dar rumbo fijo a miss in nada que hacer, ya me estaba sintiendo tan aburrida como creo que se suele sentir Mai, sobre todo desde que ya no es la hija única. Había pensado en entrenar pero, ya la mayoría de los súbditos se encontraban con quemaduras de consideración, no tenía ningún rival digno para mí y mis maestras mellizas no estaban en el palacio.

Me detuve cuando llegue a la galería real, observe a mi abuelo y sobre todo a Sozin, me pregunto si yo estaré algún día ahí o quizá Zuzu…si lograba conseguir capturar al avatar.

El avatar tan perseguido y nadie lo habían visto en cien años, fije mi mirada en Sozin.

Lograste acabar con uno, pero solo le diste el escape hacia otra vida, no fuiste capaz de destruirlo- dije en voz alta de forma altanera- Zuzu tiene las misma opciones que tu, si captura y mata al avatar, solo volverá a reencarnar…a no ser que...- mis pensamientos fueron interrumpidos por un soldado que ingreso de manera abrupta a la galería.

Princesa Azula- su reverencia fue inmediata- su adquisición ya esta aquí.- diciendo esto se incorporo y salio de la galería.
Di un último vistazo a mis antepasados y me dirigí a la entrada del palacio.

Ahí estaba un pequeño recuerdo que había traído de mi paseo por aquella, polvorienta y sucia colonia en la que había estado.

Los soldados temían abrir el contador, no era para menos esa reacción, era uno de los especímenes más agresivos y poderosos que había visto, obviamente tenia que ser mío y su dueño no tuvo reparos en regalarlo a la familia real como tributo.

Ábranlo- los guardias reales me miraron con terror, pero me temían mas a mi que a una embestida que podría ser letal, abrieron el contenedor y en su salida embestío a dos que comenzaron a correr despavoridamente, estaba furioso, comenzó a dar vueltas y luego se enfoco en embestir su contenedor, de un momento a otro su ataque se dirigió hacia mi, pero se detuvo a un metro, pues uno de mis relámpagos había impactado en uno de sus cuernos, lo que lo calmo. Me acerque quedando a unos centímetros, estaba dócil, sabia que no le había hecho daño, es impacto era mortal para criaturas mas pequeñas, pero este gran rinoceronte de Komodo apenas y sintió unas cosquillas suficiente para que supiera quien mandaba.

Mire hacia la salida del palacio, dejando tras de mi a mi mascota quien era escoltada por los aun aterrados guardias. Camine, tenía que encontrar la forma de averiguar las pistas que tenia mi hermano y el general Zhao, de momento no podría salir nuevamente de la Nación del Fuego, por lo tanto debía conseguir a alguien que lo averiguara por mi.

Sin más, salí del palacio.