A la Tribu Agua del Sur

por **Princesa Azula** Sáb Dic 14, 2013 6:44 pm

Creo que ya se lo que quieres decirme- dije mirándolo fijamente y sacando una ropa más adecuada para abandonar aquel barco que me había aprisionado en aquella habitación por una gran necesidad de permanecer en secreto- al fin ya llegaremos a tierra… pero no podremos continuar en este barco, debemos ser silenciosos y llegar de la manera más sutil posible a aquella tribu, en caso de aquel aun este el avatar o algún rastro de el no deben vernos llegar, porque así podrían ocultar todo lo valioso que poseyeran.

Saque aquel ropaje que reemplazaría de mejor manera aquella capucha que aunque la pusiera bien podía rebelarme de algún modo, me quite la prenda superior que solo sería un estorbo usar bajo la armadura, la que ceñí a mi cuerpo.

¿Cierto que es mejor esto y más seguro?- le sonreí a Madara antes de ponerme aquel casco, que me quedaba algo grande, solo esperaba poder lo suficiente para no caer con esto al agua, algo que sería muy desagradable y vergonzoso siendo que encarnaba a un soldado de mi Nación- bueno estoy lista, ya podríamos salir de esta habitación, sería algo reconfortante para mi.

Observe como Madara se hacía a un costado para dejarme pasar, por poco camino antes que el.

Espera- dije recordando nuestra situación- tu aquí eres mi superior yo soy la que debo caminar a tus espaldas- observe la mirada de Madara, sabía que talvez no le había agradado aquello, pero la situación debería ser así.

Llegamos a la cubierta y anhelaba ver el sol con todas mis fuerzas, pero ya era de noche, debería esperar para sentirlo nuevamente, observe la inmensidad del mar siempre tras Madara, quien no le dirigía la palabra a nadie solo esperando el momento del arribo.

Al cabo de un par de horas tocamos tierra firme, apenas la tripulación bajo desenganchamos el bote que poseía nuestro buque para realizar exploraciones y viajes individuales. Me quede cerca del bote mientras Madara daba las últimas indicaciones a la tripulación, la que se dividió antes de ponernos en marcha.

Ya de nuevo en la mar y a unos kilómetros de la orilla me quite el casco, logrando observa así la inmensa bóveda estrellada, reflexionando sobre la ubicación del avatar y nuestros pasos a seguir, también me preguntaba sobre la invasión al Reino Tierra, hubiese deseado estar allí para ver a esos patéticos campesinos implorar por su vida. Pero era más tentador conseguir lo que mis antepasados y hermano no había podido… capturar al Avatar.

Sabes- dije rompiendo el silencio de aquella noche- creo que no encontraremos al avatar en aquella tribu… pero si encontraremos pistas sobre su camino, creo que deberíamos visitar la aldea directamente y no perder tiempo con tantos rodeos y búsquedas.

Varias horas pasaron y el sol nuevamente se hizo presente llevándose la noche y trayendo a mi vista aquella congelada costa, cuando pise aquella nieve ya era de mañana, revelando una pequeña aldea a lo lejos.