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Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
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Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
E aquí un "pequeño" fanfic. Decidme que os parece y si gusta hare contnuación :3
Decidme que os pareció y si hay algun fallo o duda
- Spoiler:
- Entre los parajes nevados del polo sur, en una ventisca de nieve, dos miembros de la Orden del Loto Blanco avanzaban mientras uno de ellos apartaba la nieve de su alrededor moviendo los brazos para controlarla. A lo lejos pudieron ver una vieja casa de madera. Tan rápido como llegaron, llamaron a la puerta. Una mujer joven, vestida con anchos ropajes marrones les atendió.
-¿Desean algo…?
-Venimos de parte de la Orden del Loto Blanco, buscamos a una persona que fue vista por última vez zarpando hacia el polo sur. ¿Podemos pasar?
-Em… claro, claro, acomódense –dijo ella, dejándoles pasar. Uno de ellos vio a un encapuchado sentado en una mesa, del cual sólo se veía uno de sus ojos violetas, bebiendo té y observándoles.
-Verá, buscamos a un criminal muy peligroso, es sospechoso de ser un Maestro de la Sangre. –dijo uno de ellos, quitándose el pañuelo de su cara, dejando ver su barba negra – Huyó con varios rehenes hacia el Polo Sur, y este es el único lugar que hemos encontrado.
-Nosotros somos exploradores de la Nación del Fuego. –dijo el encapuchado, levantándose de la mesa– Hemos viajado por todo el mundo, y hemos conocido mucha gente, pero desde luego nunca a un Maestro de la Sangre.
-¿Entonces sois maestros? –preguntó el otro miembro, con una voz mucho más joven. La mujer asintió– Podéis demostrarlo, supongo.
-Claro. –la mujer lanzó una llamarada a la chimenea, haciendo que la llama ya formada se avivara unos segundos. El otro hombre lanzó un rayo también, liberando chispas azules de la chimenea.
-Bien pues, disculpen las molestias –dijo el hombre de la barba, mientras su compañero caminaba por la casa, atento a cada detalle– Ahora nos iremos, pero recuerden que si ven a un maestro de la sangre deben alertarnos…
-Natik –le dijo su compañero– Mira esto…
El hombre de la barba se acercó para ver que bajo una alfombra asomaba una pequeña trampilla. El encapuchado y la mujer se miraron mutuamente unos instantes. El joven apartó la alfombra y comenzó a abrir la trampilla, para descubrir que en el sótano había varias personas, algunas inconscientes y otras amordazadas. Rápidamente, el hombre se volvió a mirar al encapuchado.
-Tú… ¡Tú eres el maestro de la Sangre! –exclamó, mientras extraía de una cantimplora una pequeña cantidad de agua con su control.
Sin darle tiempo a reaccionar, la mujer le lanzó una llamarada que este esquivó agachándose, convirtiendo el agua en varias cuchillas de hielo, apuntó a la mujer, cuando vio varias piedras saliendo disparadas hacia sus manos, convirtiéndose en unas esposas que le dejaron inmovilizado. Entonces vio a su compañero mirándole, en posición de ataque, con los ojos del azul más claro jamás visto.
-¡Fong…! ¡¿¡qué estás haciendo!?
-Confundirme con un Maestro de Sangre… Que estupidez… -dijo el encapuchado, controlando la mente del joven con la mano– A mí, al hijo del Espiritu Leiting…
-¿Qué hacemos con ellos, Lexio? –le preguntó la mujer.
-Es muy arriesgado tener a dos miembros del Loto Blanco aquí. –Lexio se quitó la capucha, revelando su pelo azul que le tapaba medio rostro, dejando ver solo uno de sus ojos violeta. –Al menos, con vida, claro está.
-¡Imposible, eres un maestro del fuego, ¿cómo puedes controlar…!? –dijo el hombre de la barba, arrodillado en el suelo sin poder mover las manos.
-No soy un maestro del fuego… Soy un maestro del Trueno, necio… Y tu amigo es ahora mi marioneta, su mente es mía… -Lexio bajó su mano y su compañero volvió a la normalidad, pero totalmente agotado. La mujer se acercó a él, apuntándole con su puño.
-No puede ser… ¿qué me ha…?
-Los humanos como vosotros nunca podríais entender la complejidad de mi poder. Pero intentaré que lo último que recordéis antes de morir sea la ferocidad de mi poder… -Lexio se acercó a ellos y se agachó, apoyando un brazo en la pierna. –La energía que recorre todos vuestros chacras, toda vuestra mente, es la misma energía que la de un relámpago, electricidad… La sangre de un espíritu recorre mis venas, he perfeccionado la técnica para dominar esa energía… puedo dominar vuestras mentes. Y ahora que sabéis mi secreto, me temo que debéis morir. –Lexio se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta.
-Larguémonos antes de que vengan más tipos del Loto Blanco. –le dijo la mujer.
–Lo siento, Zila. No puedo dejar cabos sueltos. Cuando vengan, deben encontrar a un maestro del agua al que confundir con maestro de sangre, y un maestro de fuego que justifique el incendio. Y me temo que abajo no hay ninguno.
-Que… ¿qué quieres decir…? –Antes de que Zila pudiera decir nada, Lexio poseyó su mente para que lanzara una llamarada enorme al tejado de madera, que rápidamente comenzaría a arder.
-Me has servido muy bien, querida. –Lexio poseyó al maestro de agua para que lanzara dos cuchillas de hielo al maestro de la tierra –pero nadie se interpondrá en mi camino. -Tras esto, Lexio lanzó un relámpago al corazón de la mujer, matándola instantáneamente.
Dejó de poseer al maestro del agua y abandonó la casa en llamas, poniéndose de nuevo la capucha y alejándose de los gritos de los rehenes y del maestro del agua que se quedaron atrapados en el incendio.
Decidme que os pareció y si hay algun fallo o duda
Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
Te doy 9 puntos, el punto 1 es para ver como sigue.
Esta muy bien narrado y lo haces en tiempo y forma segun personaje. Continua y que esa mente no se duerma porque tiene futuro este fic.
Esta muy bien narrado y lo haces en tiempo y forma segun personaje. Continua y que esa mente no se duerma porque tiene futuro este fic.
Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
Gracias ^^ Tengo alguna cosa pensada... pero desde luego no se cual será el siguiente paso e.e
Decidme chicos, que creeis que pasara/quereis que pase y dadme ideas!!!!
Decidme chicos, que creeis que pasara/quereis que pase y dadme ideas!!!!
Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
tienes buena redacción y eso se agradece, al igual que la ortografía
sigue adelante! (Y)
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ValSmile- Leyenda
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Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
Pues no te daremos ideas , un buen escritor continua su linea argumental, así que sigue así...
Princesa Azula- Gran espíritu antiguo
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Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
Aquí tenemos ya el segundo capítulo:
Y para después de leer:
He hecho algunos de los personajes en una página de avatares:
Zheng:
- Spoiler:
- Capítulo 2 - Reuniendo un equipo
En un navío de las Fuerzas Unidas, el General Iroh planeaba junto a sus subordinados el ataque a las fuerzas Igualistas de Ciudad República, cuando un soldado llegó, corriendo con todas sus fuerzas, a avisarle de algo.
-¡Señor, el Comandante Zheng trae noticias sobre el caso del Maestro de la Sangre!
-Dile que pase inmediatamente –ordenó Iroh. Inmediatamente después, llegó a paso firme un Controlador de Metal uniformado– De acuerdo, necesito un informe rápido, así que ve al grano, Zheng.
-Enviamos a dos miembros del Loto Blanco al polo sur, y me temo que los encontramos calcinados en los restos de una casa, junto a los rehenes.
-¿Alguna buena noticia…?
-Sabemos que se dirige hacia un poblado del Polo Sur, y a paso lento si no tiene ningún vehículo.
-De acuerdo, hemos de actuar lo antes posible. Y por desgracia tendrás que hacerlo por tu cuenta. Hemos recibido una llamada de auxilio del avatar en Ciudad República. Los Igualistas han llegado demasiado lejos. Zheng, quiero que reúnas un equipo, al menos un maestro de cada nación, y que detengas a ese hombre.
-Le prometo que no se arrepentirá, señor. Conozco a los dos maestros perfectos para esta misión.
Sin mediar palabra, Zheng volvió por el mismo camino por el que vino dispuesto a buscar el equipo que necesita. Pero muy lejos de allí, en el polo sur, una figura se desplaza lentamente entre la ventisca. En un carruaje tirado por lobos, un maestro del agua la vio a lo lejos y fue a socorrerla.
-¿Se ha perdido…? –El encapuchado no contestó– Si quiere le acerco al poblado más cercano…
-Gracias, eso me vendría bastante bien. –El encapuchado subió al trineo con el hombre y este trató de mirarle bajo la capucha, al ver que este se negaba a mostrar su cara, volvió la mirada, ordenando a sus perros avanzar.
-Mi nombre es Koda. ¿Y tú…? –De nuevo, no respondió– ¿No eres de por aquí, verdad? Por tu ropa pareces de la Nación del Fuego… ¿Que te trae al Polo Sur? ¿Por qué estabas en medio de la ventisca? ¿Que…?
De pronto, sin previo aviso, los ojos del hombre se volvieron vacíos, pero seguía conduciendo, cómo si su voluntad se hubiera perdido. Detrás de él el encapuchado sostenía su mano abierta apuntando a su cabeza.
-Hablaré claro. No quiero preguntas ni quiero testigos que puedan avisar a más entrometidos. Ha sido muy amable por tu parte prestarme el trineo, pero a partir de ahora voy a ir solo, ¿entendido? –Lexio hizo que frenara el trineo para bajarse, cuando comenzó a hacer un hoyo en la nieve, solo para enterrarse a sí mismo en él y taparlo con más nieve –No puedo arriesgarme a que encuentren el cadáver, así que vas a dormirte un rato. El tiempo suficiente como para sufrir una hipotermia. Enhorabuena, deberías alegrarte de morir ayudando al próximo señor de este mundo… Suerte en el otro lado, amigo.
Lexio les dio un latigazo a los perros para seguir avanzando a través de la ventisca, y, sin mirar atrás, no pudo percatarse de que otra figura avanzaba en la misma dirección, y al llegar junto al montón de nieve que cubría al hombre, hizo un movimiento con el brazo que liberó una ráfaga de viento que desenterró al maestro del agua. Tras sacarle, comenzó a arrastrar al hombre inconsciente en la misma dirección en la que fue Lexio.
Al otro lado del mundo, en el Polo Norte, un chico completamente tapado por ropajes azules entró en su casa agotado para sentarse a leer un libro. Se quitó el pañuelo de la cara, la capucha y suspiró. Tenía los ojos azul claro y el pelo negro hasta el cuello, leía tranquilo y serio, cuando escuchó su puerta abrirse. Instintivamente se giró para lanzar una cuchilla que rozó la mejilla de un hombre cubierto por una chaqueta gris.
-¡Fuera de aquí, no quiero que nadie me moleste!
-¿Ni siquiera un viejo amigo? –dijo el hombre, bajándose la capucha, revelando su pelo canoso y sus ojos gris oscuro.
-¡Zheng! No te veía desde… Perdona, ya sabes que mi trabajo requiere que esté siempre alerta.
-Entonces, ¿sigues siendo espía del Loto Blanco? –Zheng colgó su abrigo de una percha y se acercó al maestro del agua.
-No, hay asesinos de todo el globo que quieren mi cabeza en bandeja de plata, así que mis superiores pensaron que debía retirarme, garantizar mi seguridad... Pero cuéntame algo de ti, Zheng. ¿Qué tal van las cosas en el cuartel?
-Me temo que no he venido por placer, Kei. Tenemos problemas. Hay un maestro de la sangre que está causando problemas. Usó sus poderes para conducir un barco hasta el Polo Sur. ¿Tienes alguna idea de quién puede ser?
-Tal vez… Hace unos años tratamos de capturar a un maestro de la sangre llamado Noatak, pero escapó. Creemos que es hijo de Yakone, el hombre al que se enfrentó al Avatar Aang.
-Kei… -Zheng colocó su mano en el hombro de su amigo– Eres el maestro del agua más fuerte que he conocido nunca, uno de los pocos capaces de resistirse al control de la sangre. Te necesito para detenerle.
-…Creo que, mientras no haga nada en nombre del Loto Blanco… no habrá ningún problema.
-Muchas gracias. Vamos, tenemos que darnos prisa…
Zheng y Kei partieron en busca de un maestro del fuego, mientras, en el Mundo de los Espíritus, las mareas estaban cambiando y nubes negras cubrían el cielo.
Todos los grandes espíritus se reunieron a la orilla de una playa de arena negra. De las aguas emergió una dama con el rostro pintado y vestida con suaves telas.
-¿Que está ocurriendo, Dama Pintada? –dijo uno de los espíritus malhumorado. Este tenía un aspecto semejante al de un híbrido entre mono y humano.
-No lo sé, pero el espíritu del Trueno, Leiting, está muy enfermo… Las mareas están cambiando.
-El Equilibrio entre nuestro mundo y el mundo humano se está rompiendo –de la luna descendió el espíritu Yue, flotando como un fantasma. –El hijo del espíritu Leiting es el responsable, puedo ver su camino cada noche, está buscando algo… Tal vez debas avisar a Korra, Avatar Aang. –en un lado de la orilla, Aang observaba la reunión atento, frotándose la barba con los dedos.
-Ciudad República necesita a la Avatar Korra, y la Avatar Korra me necesita a mí. He tratado de entrar en contacto espiritual con ella, pero es inútil. Esta vez tendremos que confiar en que los humanos podrán detenerle…
En el Mundo Humano, Zheng y Kei habían llegado a la Nación del Fuego, y tras mostrar una placa que confirmaba su identidad, unos guardias les dejaron entrar en la prisión de Roca Hirviente.
-Recuérdame porqué estamos aquí y no en el Polo Sur, Zheng…
-el General Iroh me pidió que reuniera un equipo, un maestro de cada nación. Y tras investigar este caso, creo que tengo a la maestra del fuego perfecta… –Zheng tuvo que mostrar de nuevo su placa a dos Maestros de Metal para que les dejaran entrar en una zona de máxima seguridad– La chica que buscamos es una maestra del fuego excelente. Ganó dos campeonatos seguidos de Pro-control en Ciudad República. Pero cuando empezó a tener problemas financieros, tuvo que unirse a la Brigada Agni Kai. Antes de ser comandante me enviaron a una misión donde los detuvimos a todos, incluida ella. Creo que puede ayudarnos.
Zheng y Kei entraron en una celda, donde estaba, sentada en su litera, una chica de pelo negro y largo, y ojos dorados y brillantes. Esta los miró con cierto desprecio.
-Zira…
-¿¡Otra vez tú!? No te bastaba con meterme en prisión, ahora quieres torturarme para que confiese más, ¿verdad? Ya os he dicho que no sé nada de los Agni Kai ni de mi hermana, yo solo hacia el trabajo sucio…
-No, Zira. No venimos para eso. Hay un maestro de la sangre muy peligroso suelto. Y creo que tú puedes ayudarnos a encontrarle. Nunca había conocido a una maestra del fuego tan poderosa como tú.
-Si crees que voy a colaborar contigo, estas muy equivocado. –Zira bajó la cabeza y se cruzó de brazos.
-Verás, yo estoy seguro de tu inocencia, pero aunque así sea no puedo liberarte, eso lo deciden los jueces… -la maestra no hizo caso alguno y siguió mirando al suelo. –Tu hermana, Zila, fue de las pocas en escapar, ¿no…? Hace dos días encontraron su cuerpo calcinado en los restos de una casa, en el Polo Sur. –entonces, la chica levantó la cabeza para mirarle a los ojos y comprobar que no mentía. Sintió una rabia tremenda, así como una profunda tristeza. Estuvo a punto de llorar, pero resistió la tentación– Creo que la mató el maestro que buscamos… He hablado con los superiores. Si nos ayudas a capturar al hombre que mató a tu hermana, serás libre. ¿Tenemos un trato?
Zheng le ofreció la mano, y ella, tras unos segundos, la tomó y se levantó. Tras sacarla de prisión y devolverle su ropa, se fue a los vestidores a cambiarse. Zheng y Kei observaron la puesta de sol.
-El Polo Sur, hacía tiempo que no iba allí… Tengo buenos recuerdos. –le dijo Kei.
-Recuerda que no es un viaje de placer, hay que cumplir la misión.
-Y dicen que yo soy el frío… Te recordaba más animado, Zheng…
-Y normalmente lo soy, pero este asunto es más importante de lo que parece…
-Ya estoy lista. –dijo Zira, saliendo del vestidor con un traje completamente negro, y una chaqueta de color rojo oscuro que llegaba a sus rodillas.
-En tal caso no hay tiempo que perder…
-Zheng… -por primera vez, los dos pudieron ver una sonrisa en el rostro de la chica. –A lo mejor te he juzgado mal… No eres tan malo después de todo.
-Je… Me alegro de que te sientas bien en el grupo. Ahora que estamos todos, debemos partir.
El equipo salió de la Prisión para coger un pequeño barco con maestros del agua, dispuestos a ir al Polo Sur, dónde, en el puerto de un pequeño pueblo, un hombre vendía billetes para los barcos que iban y venían.
-Disculpe, necesito un billete para el próximo barco a Ciudad República.
-Mañana por la tarde sale uno, el billete son 50 yuans, señor. –pero de pronto, los ojos del vendedor se volvieron totalmente vacíos.
-Creo que no lo ha entendido, NECESITO, ese billete. –Lexio miró a los ojos fijamente al hombre debajo de la capucha, mientras este sacaba un billete y se lo entregaba. Mientras sonaban quejas de los demás clientes, Lexio se iba del establecimiento, guardándose el billete en un bolsillo de la gabardina.
Y para después de leer:
He hecho algunos de los personajes en una página de avatares:
Zheng:
- Spoiler:
- Spoiler:
- Spoiler:
Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
wow...muy intereante...me dejo con las ganas de leer mas...
y las imágenes de tus personajes son muy buenas...
espero la continuación con ansias (=
y las imágenes de tus personajes son muy buenas...
espero la continuación con ansias (=
Re: Lexio: El Controlador de Mentes (Fanfic "improvisado")
Pues esperaremos los siguientes capítulos.
Princesa Azula- Gran espíritu antiguo
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