~ Una parada en el camino, parte uno [II]

por **ValSmile** Vie Abr 26, 2013 7:14 pm

El viaje ha sido más tedioso de lo que pensé. Siento mi cuerpo cansado y anhelo mi dulce cama, el desayuno de mamá y la sonrisa de mi padre, pero no, no debo, así que inhalo aire y sigo manejando mi canoa hasta donde me lleve. No debo darme por vencida, aunque interiormente sólo espero encontrar tierra rápidamente.

De pronto sentí que mis ojos se cerraban y mis brazos ya no tenían la fuerza suficiente para seguir moviéndose. Un mareo repentino se apodera de mi cuerpo y lo único que atino es a dejar de hacer lo que estaba haciendo y sentarme. Abrazo mis rodillas y comienzo a respirar lentamente, creo que...

Abrí mis ojos lentamente y la luz de sol molestaba mi vista. Llevo mi mano hasta mi rostro para darme un poco de sombra y poder observar donde estaba. Me levanto cuidadosamente y me percato de que mi canoa está a orillas del mar y yo en tierra firme. Aún no comprendo que sucede y muy asustada veo si todas mis pertenencias están intactas. Mis manos buscan desesperadamente mi colgante de la tribu, aquel que me obsequiaron cuando cumplí 16 y me trae muchos recuerdos, por ello mi preocupación por no perderlo. Luego observo el botecito y veo que mi cantimplora y alguna que otras cosas más seguía intactas. Mi cabeza se lleno de muchas dudas, no entendía que había pasado y me preguntaba si alguien me había ayudado, pero al observar a mi alrededor solo podía divisar tierra blanca y altas montañas cubiertas de nieve, creo que incluso una sobrepasa más allá de las nubes. Miro hacia el cielo y se ve interminable aquel monumento. Doy un suspiro nuevamente y busco algo de comida en mis pertenencias. Seguro me desmayé por no haberme alimentado bien durante todo el recorrido. Le doy una bocanada a unos de los sándwich que mi madre preparó y trae a mi mente el calor de hogar que notoriamente empiezo a extrañar. No voy a decepcionarlos así que dejaré las lágrimas para después. Recupero mi compostura y decido ir a observar el lugar. Acomodo mi equipaje, eso si, me preocupa dejar mi trasporte a merced de cualquiera. ¿Si alguien de la nación del fuego aparece? Con la poca fuerza que tengo, empiezo a jalar el bote hacia tierra para poder cubrirla de nieve, es lo único que se me ocurre hacer, pero pienso que pasara desapercibido ya que todo es blanco a mi alrededor. Con mis manos empiezo a cubrirlo poco a poco entremedio de unas rocas, luego de eso junto mis manos heladas por el hielo y le ruego a los espíritus de la Luna que protejan mis pertenencias. Después de este breve momento de reflexión me doy el ánimo de subir esa enorme montaña. ¿Qué será lo que habrá arriba?